jueves, 15 de enero de 2009

Poesía...

Poesía, me haz tomado en tus brazos y he tenido que escuchar que esto que haces en mí, tiene tu nombre, haz aparecido, cuando te pedí mil veces que no permitieras que te nombraran.

Me da miedo escuchar la palabra que te nombra, poesía es una palabra muy fuerte, muy poderosa para mis oídos. Poesía significa amor y odio, significa sentimiento, significa descubrirme, desnudarme, transformarme.

No quiero que existas en mí, me aterroriza, sería sencillo si pudiera llamarte narrativa, pero no, Octavio decidió decirte poesía y hacer mi cuerpo estremecerse; no entiendo cuál es el motivo que le orilló a hacerlo, sólo sé que lo hizo, que te puso un nombre y sentí que me aprisionaron.

No encuentro la razón por la cual te llama de esa forma en mi voz, en mis letras; me encuentro lejana de “puedo escribir los versos más tristes esta noche”, “yo no lo sé de cierto, pero lo supongo”, no escribo eso, no me gustaría hacerlo, mi plan en este mar no es hacer llorar a los hombres, o temblar a las mujeres, no pretendo ponerte linda como si fueras a salir en un festival.

Me gustan las imágenes que reproduzco cuando escribo, cuando te visto, más me parece exagerado llamarte poesía si yo misma no atino a comprenderte. Poco conozco de ti, nada tuyo me parece familiar, no hago versos, ni rimo bien las palabras, a nada tuyo pertenezco, soy más bien fría cuando siento e intento mantener a mi corazón al margen de esto, soy diferente a ti, bastante más diferente.

No te encuentro jugar en mis sueños, ni corres en las parcelas de mis besos, de pronto acomodo, y mi mente acomoda, las frases, para que cuando terminen, se pongan lindas.

No sé qué haces aquí, quizá sólo me da miedo, tu nombre es muy duro para mí, demasiado responsable, demasiado amable, demasiado humano, quizá me das miedo porque teniendo tu nombre, tengo que sentirte más, amarte y odiarte, vivir en este pantano, sin hundirme en él.

Me das miedo, esa es la verdad, porque si sé que te tengo, que de esa forma te me presentas, sé que tengo un compromiso, algo más allá de poder conformarme con un par de líneas, algo más que poder escribir sin sentir, sin poner mucho de mí, en ti.

Me das miedo, pánico, terror, no quiero llamarte poesía, no quiero tener que mimarte, vestirte de rosa o azul cada vez que quiera que salgas. Poesía es demasiado, no quiero llamarte así, me rehúso. No quiero disfrazarte, sólo quiero que emerjas de mí, que llegues cuando quieras, pero sin tener que decirte un nombre. Poesía, el arte irremediable de amarte, la agonía de querer olvidarte, vivir contigo siempre, es mi castigo, mientras tú observas y ríes, disfrutando mi martirio.

No hay comentarios: