domingo, 4 de enero de 2009

Almost old...

"El hombre comienza en realidad a ser viejo,
cuando deja de ser educable".
Arturo Graf


No me interesan los números, siempre fui mujer de letras, sin embargo, hace días que repito mi nueva edad, aunque aún no me llega.
No es que me crea vieja, aún los años pueden ser dichos sin que la biología presione la maternidad o la sociedad, que es quizá aún más dura, presione el matrimonio... No, no es que me crea vieja, es más, no es siquiera que me importe el concepto de vejez que me han vendido...
Lo de la nueva edad es quizá algo más profundo, algo que viene de saber que mis logros no alcanzan el tamaño de mis sueños, que mis alas se sienten apretadas...
No es que me crea vieja, y sin embargo cada día me unto tres cremas para evitar las arrugas y me planteo la posibilidad de usar botox en el entrecejo. No es que me crea vieja, es que me siento mayor, y eso asusta...
Asusta porque sé que no puedo andar por la vida a brincos, porque la esperanza de encontrar las "grandes respuestas" se va desvaneciendo; asusta porque crezco y mi madre un día no estará, asusta porque pasa el tiempo y no logro decir que lo hago bien...
Soy casi vieja para mí, casi vieja para seguir siendo dueña de una cabeza llena de nubes, casi vieja para vivir como pájaro... Soy casi vieja para aprender a quedarme quieta, soy casi vieja para desearlo...
Empiezo a estar "un poco mayor" para seguir siendo adicta al vértigo, sin embargo, creo que hace mucho soy "muy mayor" para aceptar la calma.
Cuestión de edades, de ideas, de arrugas por dentro... cuestión de años...
Hoy, sé que soy "un poco vieja" para cambiar, para dejar de ser quien soy, para abandonar mis sueños... pero hoy, con un número más grande en la punta de la lengua, sé que hace mucho que soy "muy mayor" para dejar de creer en la magia...

1 comentario:

alejandro0glez@gmail.com dijo...

Pero que le pasa a usté, Karlita, si está en el botón de la edad, y está usted llena de vida, de cosas por decir y de proyectos por realizar.
Le mando un gran abrazo y un beso tronao y no permita que las críticas, las maledicencias o las consejas de la gente me la intimiden, porque usté siempre será joven, sobre todo siempre que usted misma se lo proponga.