sábado, 16 de febrero de 2008

Aquí, allá y en todos lados...

Para ti, que te fuiste antes de

que se venciera el contrato...

Creo fervientemente en el silencio, en la oscuridad y la niebla... Creo en el sol que sale de repente y me ciega... Creo en el silencio y el encierro...

Creo que te has ido en el momento menos indicado y cuando quizá fue más conveniente. Creo que habrás de entender mi rabia y que algún día recuperaré la memoria...

No sé si donde estés habrás de escucharme, si sabrás ahora que no tengo palabras que escribirte, que me caes mal por dejar a mis hijos sin voces que recuerden, que me he arrancado el cabello de tanto darle vueltas a las últimas frases... no sé... y ya no importa...

Creo que habemos de encontrarnos, aquí, allá y en todos lados, que cuidarás finanzas y harás tratos, que regresarás un día a decirme algo, que serás mi bisnieto y odiarás la sopa, que te dejarás los dientes y apoyarás a otros...

Creo, creo, creo tanto, que me he convencido de pensar que es la única manera de no perder la cordura...

Creo, maldita sea, que me duele en el alma que te hayas ido, que me molesta mucho que me dejaras la carga, que no soporto la idea de que hasta el final te hayas conservado igual... impredecible...

Creo, creo, creo... que te voy a extrañar con todo el cuerpo, las lágrimas y el alma...

viernes, 1 de febrero de 2008

De estrechez y flexibilidad...


Estrecha, mi cama...

Flexible, mi cuerpo...

Circular, roja, caliente, sedienta, qué más da...

Si en tus manos que recorren, en el cielo de mi mente, el cuerpo desnudo que me lleva, todo se vuelve eterno... si en los pies helados que recuerdo, en el silencio entrecortado con gemidos que una tarde nos regalamos, si en las lunas en que se convierte mi pecho sólo se halla la magia de un par de dedos... si ahí, donde quisiera tenerte sólo hay un hueco que no lleno... qué más da cómo sea...

Estrecha... como el capullo que se ha reconstruido a base de sequías, como la cadena que construyen mis piernas alrededor del cuerpo que sueño, como las líneas que cierran y abren los destinos de mis ojos...

Flexible... como las manos que aún siguen asiéndote, como la incertidumbre que me ronda, como mi esperanza de naranja desgajada...

Qué más da, carajo, qué más da... Si lo único más estrecho que yo es el camino hacia la nube, si lo único más flexible es el silencio que se rompe... qué más da...

Que sea estrecha mientras te espera... que sea flexible mientras te siente venir y viene contigo...

Que haga lo que quiera, que sea lo que quiera, que se cuadricule, que se raye, que sea morada, azul, amarilla... que sea mía, para que sólo tú puedas sentirla latir alrededor...

Estrecha... sensible... flexible... húmeda... profunda... Qué más da... si puede serlo todo, si puede entregársete como sea que quieras vestirla esa noche, si puede buscarte como el niño el botón de rosa que crece en un pecho... si puede ser tuya cuando quieras, como quieras, donde quieras...