domingo, 22 de marzo de 2009

Royal interviú...

Llevo todo el día tratando de comunicarme con un renombrado futbolista que (supuestamente) esperaba mi llamada para una entrevista.
He hecho no menos de diez llamadas a algún sitio de Los Ángeles, en donde una señorita de dulce y gringa voz, me dice "lo sentimos, su llamada al número bla-bla-bla está siendo desviada al correo de voz; por favor deje su mensaje".
La chica del conmutador, que ya hasta me dice mi nombre con todo y diminutivo, creo que se aprendió el número, porque en la más reciente ocasión me dijo "a ver si ahora no nos contesta la mugrosa contestadora esa en LA, te comunico", sin que antes le hubiera siquiera pedido algo.
Mi jefe ya vino a preguntarme si estoy bien, porque nomás doy vueltas en la silla, tomo el teléfono y, segundos después, cuelgo... luego pasan otros 20 minutos de jugar con la silla y molestar a mis compañeros, y vuelvo a marcar. Ya le dije que el monito este no aparece y que todo lo demás ya lo hice... Él me ve con una carota que es la mezcla perfecta entre la lástima y la condescendencia ("ya llegará", parece decirme, "y entonces, tendrás que trabajar a mil, para terminar lo que debiste terminar hoy").
Mi agenda del trabajo está en orden. Ya me dio tiempo de poner todas las cosas que teníamos pendientes. Actualicé los números, puse otros, agendé entrevistas que podemos hacer... todo.
El monito este, jugadorazo y todo, nomás no aparece.
Ya imaginé que va y viene con su family por un mall al que fueron después de ir de shopping. Ya imaginé que está en un spa, gozando las mieles de los tratamientos hidratantes. Ya imaginé que tiene una super party para festejar su regreso a las canchas... Ya imaginé de todo. El hombrecito no está.
Y aunque apenas allá son las nueve, pues ya no está de lo mejor que le llame veinte veces más. Ni modo, mi entrevista real (por aquello de que el jugadorazo este tiene un apodo aristocrático) tendrá que esperar hasta mañana...

jueves, 19 de marzo de 2009

Tequila para dos...


No te apures por acompañarme, sé que el tequila no es tu favorito. Me los tomaré solita, a ver si así me animo a decirte lo que sobria no alcanzo.
Eso necesito; dos tequilas dobles y una canción de Lola para darme valor...
Me los tomaré de un trago y entonces te diré mil cosas que se me quedaron en los labios...
En el primer tequila, te diré cosas como que odio el silencio que hay entre nosotros, como que me caes de lo peor por no voltear a ver en mi dirección, como que te extraño como loca y no puedo ni llamarte...
Ya para entonces, me habrás visto como si existiera, y podré tomarme el segundo para decirte que te espero...

viernes, 13 de marzo de 2009

La infiela...

Érase una vez que tuve un novio que me acusaba de infiel. Érase que el ingrato aquel no dudaba, y a la menor provocación (que lo mismo podía ser una mirada desviada o un mensaje de una amiga), me reclamaba horrores, diciéndome que era una infiel.
Érase que yo cada día me sentía más culpable de cosas que ni siquiera hacía, y entonces, le decía todo lo que él quería escuchar...
Érase que luché y luché y seguí lichando por salvar una relación que por ningún lado podía ya ser salvada...
Érase que un día de mayo (y otro día de octubre, y otro de enero) decidí terminar la relación definitivamente...
Érase que por ahí de febrero pensé que podíamos cambiar el rumbo...
Érase que yo seguía sintiéndome culpable por todo lo que no hice, y me había prometido jamás volverle a dar motivos para que pensara que le era infiel...
Érase que le creí, una vez más...
Érase que él, tras todo lo pasado, era el infiel...

Lo que deja la clase de publicidad...


"Passionata, te hace tan sexy que derrites a cualquiera..."

jueves, 12 de marzo de 2009

Estoy... partida...

Tengo el llanto y la razón atorados a medio pecho...
Tengo la certeza de que estoy loca y la de que no lo estoy...
Sé que quiero lo que no quiero en realidad, aunque lo quiera con toda el alma...
Sé que muero porque me amen, aunque huyo del amor mientras amo...
Tengo atravesada el alma, y también la tengo libre y sana...
Tengo lágrimas de tristeza corriéndome las mejillas, pero se me pierden cuando descubro una de claridad...
Sé que soy la mitad de una cosa y la mitad de otra, las dos disímbolas y maravillosas...
Sé que quiero la luna mágica de octubre, pero no quiero dejar ir la lluvia finita que me cae sobre los hombros este marzo...
Tengo, y sé que tengo, la oportunidad de empezar de nuevo, pero me paraliza la simple idea de pensarlo...
Sé que tengo, aunque a veces creo perderla, la capacidad maravillosa de olvidar y aun así seguir amando...
Y a pesar de todo lo que tengo y todo lo que sé... de que me conozco contradictoria y cada vez que me miro en el espejo me desconozco, no sé hacia dónde caminar...
Esta tarde estoy perdida, perdida como el sol que se me fue a las dos y media, perdida como los dólares de la depresión del 29, perdida como La Maga en medio de París, perdida como si me hubieran arrancado la mitad del alma y se hayan olvidado de dejarme el rumbo...
Y no puedo dejar de escuchar el gong... porque esta tarde siento que es ya muy tarde para mí...
Y tengo frío, aunque todo el mundo anda en camiseta, en una tarde no me deja decidir que se termine...
Esta tarde, maldita sea, lo que traigo en medio del alma y el pecho es un corazón que no deja de latir para tres lados diferentes, y la tristeza de mil viejas de la Plaza de Mayo...
Ojalá a este cuerpo mío se le antoje descansar... porque los recuerdos me pesan mucho, empapados en las lágrimas que no dejan de rodar...

Intervención artística...

Ahí está mi amiga contándonos un chisme.
Cuenta que un tipito con el que salió, le dice:
"Mira, estoy saliendo con fulanita (a quien ella, obvio, conoce y le cae bien), salí con sutanita (que ella también conoce, pero que le cae mal), y salí contigo (obvio... bueno, ella a veces no se conoce y como se cae bien, se cae mal)"
Ella le voltea a ver con cara de "¿Y?"
Entonces, el modesto amigo (de alguien más, que no mío) le dice:
"Es que estoy haciendo una intervención artística (y yo, para cuando me lo cuenta en chisme, ya puse cara de "¿qué?"), y creo que las tres se caerán mal después de mí".
Ella, que me copia, también pone cara de "¿qué?"(la traducción de su cara sería algo así como: "¿de qué chingaos me hablas?").
Él, gaznápiro modesto, le repite:
"Es una intervención artística, se van a odiar después de mí".
Ella, la verdad no sé qué piensa, pero yo... yo digo "que no maaaaaaaaaaaaa...., que intervención artística ni que su madre, este tarado no llega ni a ardiente tentación y ya se siente artista interventor....".
Saaaaaaaaaaaaaaaaale con el bro... de que los hay mamilas, hasta se los mandan a mis amigas...

PS. Sí, nomás a mis amigas, porque a mí no me mandan nada... jajaja!

lunes, 9 de marzo de 2009

Insomne...

Las mujeres de mi casa son todas como Scarlett O'Hara.
Yo no.
Todas tienen la capacidad maravillosa de voltear al cielo por la noche, con la mirada perdida en el infinito, y decir "mañana será otro día".
Yo no. No soy capaz de irme a dormir sin haber terminado de rumiar mis penas y fracasos, sin deshacer el nudo que se me hace en el pecho cada día (quizá por eso duermo tan poco y descanso tanto menos).
A mí los ojos no se me pegan si hay algo en la punta de la lengua y en el centro de mi corazón, que está atorado.
Ellas, en cambio, duermen como benditas, con la luna reposando sobre sus párpados cerrados, y al día siguiente pueden despertar sin sobresaltos y entregarse a la tarea de solucionar sus angustias una a una.
Yo puedo pasarme días escuchando el eco del gong sobre mi pecho; ellas resisten estoicas tarareando, mientras se hace el silencio.
No, no soy como Scarlett O'Hara, aunque a veces quisiera serlo.
Especialmente cuando llevo días sin dormir y el cansancio se me nota debajo de los párpados y en el fondo del alma, quisiera poder soportar el silencio, el fracaso, el abandono, la desolación... y aún tener ganas de seguir en cuanto se alumbra la mañana.
Pero mi espíritu no es así, yo no puedo acostumbrarme a ello, y aunque la sangre me llame a ser valiente como todas las que llevan mi apellido, no me queda más que aceptarme insomne...

sábado, 7 de marzo de 2009

Cuando la gripe nos alcanza...

Sí, debiera ser el título de una película de ciencia ficción... Una en la que el soilen verde pudiera mutar y se convirtiera en algo que nos persigue, nos atrapa y se mete en nuestras narices pada hacednos hablad así...
Total que, "Cuando la gripe nos alcance" sería un éxito de taquilla, más aún que "Cómo olvidar a un tarado en 10 días", "La supremacía Yo-urne" o "Knee Wars" (en alusión a la rodilla mutante que no deja de dar lata y que será motivo de otro post en cuanto pueda terminar de digerir lo de la suryeri).
Lo de esta cinta serín un hitazo. Podríamos tener estampitas, pulseras, amuletos (porque como en toda buena peli, pues tendríamos atrás una mercadotecnia poca madre que crearía amuletos pa que la chinche gripe no nos alcance)... ¡Sería un negociazo!
Y como nadie, nadie se salva de este mugre bicho que anda de aquí pa'llá nomás dando lata y causando trastornos mentales, de humor, de lenguaje y de reflejos, pos más negocio tendríamos, pues podríamos idear el antídoto contra el soilen verde famoso...
No, si ya me vi...
Cuídate, Steven, que te ando bajando la peli... jajaja!
 
PS. Lo que hace la pinche gripe... nos hace imaginar películas... les digo...
 

jueves, 5 de marzo de 2009

Lucas, siguen diciendo que tú y yo estamos locos...

No sé si ya la realidad es lo que solía ser, si mi alma sigue viviendo o ahora boquea...
No sé si estoy loca o cada día más cuerda...
No sé si esto que traigo a cuestas se llama depresión o apatía...
No sé si un día dejaré de sentirme absurda por creerme lo de la mujer increíble y empezaré a ser yo sin resticciones...
No sé si dejaré atrás las lágrimas...
No sé si podré volver a hablar...
Mientras, mañana regreso al trabajo de terapia...
Deséenme suerte...

miércoles, 4 de marzo de 2009

De comadres...

(Mi amiga y yo en el aeropuerto, antes de que fuera hora de que entrara a la sala famosa)
 
E- Si tengo una hija, se llamará como tú.
Y- Y eso? Digo, gracias, pero por qué..
E- Pues por que vas a ser su madrina.
Y- Y?
E- Pues que mis hijos van a llevar los nombres de sus padrinos, es la tradición...
Y- Nena, no le voy a poner tu nombre a una hija mía... No...
E- Ash... Por qué?
Y- Porque no quiero que ande por el mundo deletreando....?
E- Ash...
 
 

De vuelta al feminismo...

No, no es que piense (como hacía a los 18) que los hombres no son más que mierda regada por el mundo y que nosotras nos empeñamos en limpiar...
Tampoco es que no, de pronto, me den ganas de entrarle a esa cosa cursi de la familia feliz de cuento de hadas que una mitad de mí censura y la otra anhela...
Tampoco se trata de que me haya vuelto lesbiana o que crea que la pareja es un lastre con el que la mujer debe cargar, o que haya decidido dejar de maquillarme con el pretexto de que mi imagen debería depender más de la forma en que me comporto que en cuántas chunches me unte yo en la cara...
No, esas cosas son feminazis, no feministas, y yo lo que soy es esto último.
Pero, ¿a qué viene toda esta explicación?
Resulta que leo un libro -un "clásico feminista", como hay quienes se han animado a decir-, que encontré a mis escasos 18 y devoré con ansias hasta la página 363, cuando me lo pidió una amiga y se lo presté...
Mi Miedo a volar (así se llama el libro, eh...) anduvo de viaje por cuatro casas distintas a lo largo de siete años, y el domingo regresó a mis manos. Como yo aseguraba haber leído menos y me daba pena no terminarlo, lo empecé de nuevo, descubriendo con horror cuánto cambia la percepción de un libro conforme pasa la edad...
Mi original lectura estaba llena de ello.. Mis referencias de entonces se limitaban únicamente a la escritura, al terror de enfrentarse al éxito, a las formas de creación y esas chunches...
Ahora que lo leo con otros ojos y otra alma, señalo párrafos que antes ni se me ocurrían. Y, como voy bien con el librito famoso y le voy perdiendo el Miedo a volar, ahí van algunas de mis referencias... (que también me llegan como conversaciones conmigo misma... ja)
 
"Forma parte de mi religión personal, (creer) en que al momento en que uno siente excesiva confianza y se relaja sinceramente respecto al vuelo, el avión se estrella al instante".
 
"... (El compromiso con un hombre ahoga) Aquellos anhelos de lanzarte a las calles de evz en cuando, descubrir si aún eras capaz de vivir sola dentro de tu propia cabeza, descubrir si podías arreglártelas para vivir en una cabaña en los bosques sin volverte loca; descubrir, en pocas palabras, si aún estabas entera después de tantos años de ser la mita de algo".
 
"(En la sociedad americana) la mujer no se puede permitir a sí misma estar sola. Vive como si estuviera esperando al principe encantado para alejarla de 'todo esto'. ¿Todo qué? ¿La soledad de vivir en el alma de uno mismo? ¿La certidumbre de ser uno mismo en vez de lamitad de algo distinto?"
 
"Nunca fui capaz de conciliar las dos mitades de mí misma. Todo cuanto conseguí fue suprimir una mitad (por un tiempo) a expensas de la otra"
 
"Si lo hubiera amado lo suficiente, le hubiera curado de su soledad en vez de verme arrastrada por ella y con ganas de escapar de ella".

"En cierto sentido, una escribe para seducir al mundo, pero entonces, cuando sucede, una empieza a sentirse como una puta".

"Si eres una hembra y tenías talento, la vida resultaba una trampa, no importaba el camino que eligieras. O te sumergías en la vida doméstica o suspirabas por la vida doméstica en todo tu arte. No podías escapar a tu condición de hembra. El conflicto estaba escrito en la mismísima sangre".

"Ser una mujer significaba verse partida en dos mitades absolutamente irreconciliables".

"...Era como si mi estómago se considerara un corazón. Y no importaba cómo lo colmara -con hombres, libros, comida, pastelillos de pan de jengibre en forma de hombres y hombres en forma de poemas-; se negaba a permanecer quieto. Imposible de colmar, así era yo. Ninfómana mental. Hambre del corazón".

"...Nunca le había amado tanto. Nunca había deseado tanto estar con él. ¿Por eso tenía que irme?¿Por qué Bennett no dijo 'Quédate, quédate..., te quiero'? No lo hizo".

"... Me prometí matarme si no publicaba mi primer libro a los veinticinco años. ¡Tenía ya 25 y sólo estaba empezando!"

(Y voy a la mitad... poquito más adelante... prometo actualizarlo...)

martes, 3 de marzo de 2009

Ganas...

Debo reconocer que tengo ganas... es vergonzoso, lo sé, pero cierto.
Tengo ganas, a mi edad y con la experiencia; unas ganas espantosas que me están comiendo por dentro y no me dejan dormir, comer o escribir a gusto...
Es una vergüenza, me digo a mí misma una y otra vez...
Pero qué le hago,tengo ganas, muchas ganas...
Y aunque se me note, no pienso hacer nada.
No pienso llamarle, ni mandarle mensaje, ni escribirle un mail o enviarle una tarjetita...
No, y no importa cuántas mugres ganas tenga de volver a estar con él, de verlo, de platicar, de contarle un chiste, no cederé a mis deseos... esta vez tendrá que ser mi celular el que suene...
Mientras, ¿alguien tendrá un libro, una botellita de vino y un par de esas pastillitas holandesas que salieron directo de The eternal sunshine of a spotless mind? Si les sobran... háblenme...

lunes, 2 de marzo de 2009

Conversaciones con yo... Capítulo I

(Mi conciencia, que me habla por mi nombre completo, y yo, que insisto en ser desmemoriada)

-Ay, Karla Cristina, de verdad eres extraña...
-No me jodas... eso ya lo sé.
-Yo también, pero quisiera que tú lo supieras mejor...
-Para? No voy a dejar de hacer cosas raras...
-Ya lo sé... y no sé, para que lo supieras...
-No manches, eres rara...

...(Caray, qué mugremente rara soy, hasta mi conciencia me lo dice...)

domingo, 1 de marzo de 2009

Cosas que pasan...

(Una amiga y yo, en un café)

Ella- Los hombres son raros...
Yo- Sí.... son raros... ...¿ por...?
E- No sé, así nacieron...
Y- Mmmm... sí... así nacieron...
E- O no?
Y- Pues... puede ser que nosotras seamos las que los hagamos así, o igual no son raros, pero nosotras no los entendemos...
E- Pues, puede...
Y- Sí, puede...
E- ¿No te ha pasado que de pronto te preguntas si es que realmente quieres estar con alguien?
Y-Sí, millones de veces.... Ahora mismo me lo pregunto...
E- Igual yo...

(Suena su teléfono... es el fulanito)
E- ¡Hola amor!, estoy tomando un cafecín, pero muero de ganas de verte...
Y- .... (quién la entiende...) ..... ( yo también muero por ver al ingrato ese que no deja de ver fantasmas....)
(Cuelga el teléfono, pues el fulanito tiene que seguir trabajando)

E- ¿En qué estábamos?
Y- Hablábamos de las cosas que pasan....