viernes, 13 de marzo de 2009

La infiela...

Érase una vez que tuve un novio que me acusaba de infiel. Érase que el ingrato aquel no dudaba, y a la menor provocación (que lo mismo podía ser una mirada desviada o un mensaje de una amiga), me reclamaba horrores, diciéndome que era una infiel.
Érase que yo cada día me sentía más culpable de cosas que ni siquiera hacía, y entonces, le decía todo lo que él quería escuchar...
Érase que luché y luché y seguí lichando por salvar una relación que por ningún lado podía ya ser salvada...
Érase que un día de mayo (y otro día de octubre, y otro de enero) decidí terminar la relación definitivamente...
Érase que por ahí de febrero pensé que podíamos cambiar el rumbo...
Érase que yo seguía sintiéndome culpable por todo lo que no hice, y me había prometido jamás volverle a dar motivos para que pensara que le era infiel...
Érase que le creí, una vez más...
Érase que él, tras todo lo pasado, era el infiel...

3 comentarios:

Malena Gtz Franco dijo...

La culpabilidad crea nudos en el cerebro, es ahí donde la persona culpa a los demás de sus propios demonios...será que en aquella novela de Shakespeare, el personaje celoso era quien mentía?...deja que se queme su cerebro con tanta culpabilidad...

alejandro0glez@gmail.com dijo...

Que Poca...r de Ases!!!!
Casi siempre resulta que cuando te acusan de infiel, la infidelidad viene de la otra parte (el león cree que todos son de su condición) y lo que resulta "pior" es que te culpes por cosas que no haces.
Tu echa pa lante, pa lante, y si no le gusta.... QUE TOME PURGANTE!!!
Una vez más me declaro tu fans!!! que bien escribes chamaca!!!

K dijo...

Gracias, mil gracias Ale... eso de que seas mi fans me pone muy contentita...
Y de lo otro, pos qué hacerle...