domingo, 26 de abril de 2009

90 lunas de abril, para un sol desgarrador

"Nadie, excepto Jesucristo,

puede abrir los brazos

como lo hace Chavela"

Pedro Almodóvar


CHAVELA cumplió 90 y todos lo festejaron: los que han aprendido a llorar y los que no han dejado de vivir; los amantes, los solitarios, los libres, los rebeldes... los que tienen el corazón grande, como ella, y son capaces de reír y llorar con la misma intensidad con que aman.

Chavela cumplió 90 años y los festejó entre sus amigos más íntimos, los que la sienten tan cercana a sí mismos que no pueden hacer más que amarla y hablarle de tú (y de ti, que andas lejos).

En sus 90, la voz le salió como a todo buen mexicano: del alma. Impredecible como es, cantó una vez más con sus ‘cuatachones’, los más de mil 350 que llenaron el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris la noche del 21 de abril.

“Y volver, volver, volver, a tus brazos otra vez”, cantó Chavela ante un público que la recibía gustoso, con los ojos rasados de lágrimas... Esta Vargas que volvía a los brazos de quienes nunca la han dejado, cantó como sabe hacerlo, para recordarle a todos lo que es sentir...

Por eso lloraba la gente, por eso se levantaba, en un recinto tan solemne, a gritarle “eres chingona, chingonsísisma”, porque nadie como ella, nos recuerda que estamos vivos y tenemos alma dentro.

Esa noche fue nombrada Ciudadana Distinguidísima de esta ciudad de México, en una ceremonia que para muchos fue un mero trámite, porque Chavela es, desde hace mucho, Ciudadana Distinguidísima de millones de naciones, alojadas en el pecho de su público.

Como homenaje, quienes mucho la quieren llegaron a cantarle –lo que es quizá el único tributo posible para quien ha hecho de su palabra, la banda sonora de la música–. Ahí estuvieron Julieta, Astrid, La Negra, Gimena, Alaska, Eugenia y Lila, a quien ella ha honrado con el título de “mi sucesora”; hasta ahí llegaron mil gargantas que tributaron su voz a la chamana que exorciza las soledades... hasta ahí, los muchos que no pudieron entrar al recinto y que no dejaron de cantarle su amor desde las rejas del Teatro... Hasta ahí llegamos todos los que tenemos un poco de Chavela en el alma, sólo para decirle ¡Gracias!

Gracias por ser todo lo que dijeron sus amigos, que no pudieron estar presentes, pero que nunca se le alejan: Miguel, Martirio, Joaquín, Ana, Víctor, Pedro, Buika... Gracias por ser la mujer que es y porque gracias a ella, muchos han tenido ganas de decidir quiénes son. Gracias por haberse perdido en el infierno y tener el valor de salir de él, para contárnoslo. Gracias por su voz, por su alma, por su fuerza, por su llanto, por su risa, por su vida...

“Chavela vivió como le dio la gana, cuando nadie sabía qué era que le diera la gana”, dijo Carlos Monsiváis, y la gente asintió. El Teatro completo estuvo de acuerdo, y por eso otra vez le dieron las gracias, a las que le siguieron otras por haber donado la entrada de un concierto en Buenos Aires, correspondiente a 100 mil libros (porque la entrada se pagó con un libro); y otras gracias por “querer como quieres, sin pedir nada a cambio”, como dijo Almodóvar; unas más porque Lila Downs sabe que“para los dolores del cuerpo, los doctores; para los dolores de la cabeza, la confesión, y para los dolores del alma, Chavela”, y otras por esto y otras por lo otro, hasta que la noche, solidaria, decidió darle las gracias también, con una luna hermosa coronando su cielo, el de Chavela.

Esta mujer “transversal, que le llega a todos”, según Alaska, siguió este rosario de agradecimientos desde su “paréntesis temporal” (como llamó a la silla de ruedas en que se encuentra), con la sonrisa suave de quien sabe que se merece el amor de muchos, porque ha amado mucho; con la humildad que tienen los que se encuentran “más allá de más allá”, porque han encontrado lo que buscan... con la calma tibia de quien han logrado la misión de hacer sentir a la humanidad, porque ella misma ha sentido.

Ahí mismo agradeció a su público, a sus amigos, a su gente, que no dejó de aplaudir de pie a su compañera eterna. Ahí mismo hizo una promesa clara, firme, poderosa, de estar de pie en apenas 60 días, recuperada de sus males... Ahí, confesó haberse convertido en “una rueda más, de las ruedas que ruedan”, cuando el mundo se le revolvió y cayó enferma... Ahí, desde su ya bien ganada eternidad, Chavela se completó una vez más con el público que la ha visto ser ella...

Chavela cumplió 90, sus primeros 90, como vaticinó Patricia Reyes Spíndola; y la gente, que no hace más que quererla y admirarla, se acercó a su Dios para pedirle que así sea, que Chavela dure más noventas, muchos más, para que podamos seguir sintiendo.

Chavela cumplió 90 e inspiró a todos los que la han oído decir que hace suyas las palabras de la chilena Parra, a decir:

Gracias, gracias, gracias a la vida, que nos dio a Chavela.

2 comentarios:

zel cabrera dijo...

quien pudiera reir como llora Chavela!

miss... aqui sigo, pa´que no diga a luego que no escribo. Jo,jo. Beso

Nancy dijo...

Me gustó
saludos :)