miércoles, 23 de enero de 2008

Contarme, contarte...

Si me cuenta otro, no me encuentro. Si soy yo la que tiene voz, todo mi mundo gira...

¿De qué escribo? De lo que estoy hecha, de la materia transparente que me corre por las venas, del tejido que me conforma, bordado con mentiras redimidas; de los soles nocturnos que se abren cuando me tocas un dedo, del invierno que me crece cuando el silencio llega al alma...

¿De qué escribo? De mí, de mis sueños, de mi sangre, de mis gritos... Del caudal interminable de palabras que se agolpan en mi lengua sin salir jamás, de la vida que haré nacer y me dará la propia, nueva... Escribo de la mente confusa, de mi amado compañero de viaje, de caminos que se abren y libros que se cierran...

Escribo... escribo de ti, de mí... de la esencia compartida de los sueños, de cómo te amo y te desamo, del olvido y la razón... de la lógica preciosa de mi cuerpo, del espacio que ocupa el alma y el vacío que deja cuando se muda a otro cuerpo... escribo...

Escribo de mí, de mis partos que aún no llegan, de cómo amar a dos hombres, de mi personalidad conservadora-feminista, de cómo he renunciado a las alas, de cómo he sido infiel sin sentir culpa alguna, de cómo dejo la vida por dar a otra un poco de luz...

Escribo en silencio... como en silencio amo, como siento el dolor, como me pesa el hambre, como deseo al hombre... en silencio...

¿Por qué? Porque quiero contarme, encontrarme, defenderme, atacarme... porque sólo así puedo ser dueña de un destino nuevo y un final inacabado... porque tengo mil realidades, por las mil mujeres que soy... porque sí, porque quiero, porque puedo...

Escribo por placer, por poder, por necesidad, por hambre...

¿Por qué? Porque soy la única capaz de hacerlo... ¿Entenderías los cólicos matutinos, las lágrimas de mi orgasmo, el silencio que deseo se haga eterno, las manos que desean llegar a tu desierto, la estrechez de mi cama, la risa vacía, los ojos helados?

¿Entenderías acaso las palabras que he deseado que se pongan en tus labios, mi deseo profundo de ser invisible y verte desde lejos, mi romance con la oscuridad, mi anhelo de encontrarme viviendo en tus ojos, ni necesidad de probarme?

No, no mientas... ni yo lo hago... por eso necesito contarme, para encontrar en medio de este llanto dulce que es mi vida, los motivos...

Por eso... no me cuentes, no me digas quién soy o qué debo hacer... deja que me cuente sola, que quizá así pueda, puedas, encontrarme...

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