miércoles, 21 de noviembre de 2007

E...

Déjame ser tu puta... déjame estar adentro, déjame sentir la punta y el total... déjame sentirte ardiente, déjame abrasar el silencio con suspiros...

Déjame tocarte y alcanzar la mayor altura de tu cuerpo, déjame comerte, devorarte... déjame sentirte dentro...

Déjame ser la piel en que te incrustes, en la que te quedes trabado... déjame cerrar los ojos y quererte más adentro...

Déjame, yo te lo regalo... te doy mi piel, mi vientre y mis sentidos... te doy el sudor dulce del orgasmo, te doy la vida que se me va en ese suspiro... sólo déjame ser tu puta...

Déjame comerme la saliva, saborear la sal de tu sudor... déjame vivir desde tus venas... Déjame acariciar las mil cavidades de tu cuerpo, déjame sentir...

Déjame sacar la lengua hasta encontrar tu esencia... déjame saciarme, llenarme de ti hasta acabarme...

Déjame regalarme... porque no hay algo que no pueda darte...

Puedo darte la piel y las uñas, el grito silencioso y el hueco de mi alma, puedo darte la sonrisa que viene luego de vaciarme... sólo déjame...

Déjame vivir un minuto a través tuyo, déjame acostarme a tu lado y arañar la eternidad de tu espalda, déjame tomar tus manos y seguirlas en el camino hasta mi cima... déjame tocar mi cuerpo frente a ti, para que veas que he perdido la pena de tenerme y de tenerte... déjame alcanzarte en los suspiros...

Déjame ser tuya, abandonarme en tu cuerpo para que quedes aún más grabado, déjame saborear la sal y el semen... déjame tenerte adentro, sentirte en el capullo...

Déjame aprenderme la tersura, aprenderme los tamaños y formas que alcanzamos juntos una vez... Déjame arrancar la piel con cada grito, déjame vaciarme...

Déjame... y quédate adentro hasta que no tenga en la mente y en el alma algo más que tu centro en mis entrañas..

Tómame, arráncame la ropa (y la piel si se te antoja), embiste mi cuerpo y mi alma hasta que suplique, hasta que olvide mi nombre y sólo seas tú lo que recuerde...